Si bien no han encontrado un caso de uso decisivo para una gran inversión, el grupo identificó casos de uso puntuales para la IA generativa, como ayudar a los investigadores a redactar solicitudes de subvenciones cuando el inglés no es su primera lengua. “Con ese caso de uso, genial, adelante”, dice. “Ese problema no amerita una inversión multimillonaria en IA generativa, pero estamos atentos a todas las tecnologías emergentes”.
Este enfoque es bien recibido por Todkar, de Tripadvisor, quien afirma que el potencial aumento de la productividad que ofrece la tecnología emergente es significativo siempre que las empresas procedan con cautela. La clave del éxito es garantizar que un experto humano esté al tanto de los procesos para validarlos.
“La democratización de la innovación debe ser cualificada y calibrada por humanos”, afirma. “Se puede crear una nueva herramienta y tener determinados aspectos de automatización, finalización de tareas o incluso toma de decisiones e inferencia basados en grandes modelos de lenguaje, pero es necesario calibrar, validar y refinar esos resultados, con un profesional que controle lo que hacen esos modelos. Si se cuenta con un circuito de retroalimentación y se garantiza que la IA no cruce los umbrales y límites éticos, siempre se tendrá ese control en marcha”.