Schoenherr se sienta en un escritorio frente a la máquina de pruebas de baterías, que se encuentra encerrada en una caja de cristal del tamaño de un minibús, y el artilugio parpadea con luces rojas y verdes que iluminan las celdas que pasan por una cinta transportadora, mientras cámaras digitales y sensores miden y prueban cada una de ellas. Con el tiempo, estas células constituirán la fuente de alimentación de un coche o camión eléctrico. Si una célula falla, también lo hará toda la fuente de energía, lo que costará miles de euros al fabricante.
Anastasia Pivovarova para Microsoft
Schoenherr lleva ya varios meses trabajando con Siemens Industrial Copilot, impulsado por Azure OpenAI Service con GPT-4. Además, en colaboración con Siemens, Thyssenkrupp está adaptando el copiloto a los requisitos específicos de su maquinaria. En concreto, Siemens Industrial Copilot tiene dos facetas: Schoenherr se ha centrado en usar el copiloto de ingeniería, que le ayuda a crear el código de automatización que dirige el funcionamiento de la máquina. Por otro lado, la segunda faceta es el copiloto de operaciones. Éste facilita a los trabajadores e ingenieros comunicarse con la máquina mientras ésta se encuentra en funcionamiento. Si un paso en el proceso no funciona, el operador puede preguntar al Siemens Industrial Copilot qué es lo que está fallando, simplemente escribiéndole una pregunta. Así, el copiloto puede indicarle cómo resolver el problema. Eventualmente, el operador podrá comunicarse verbalmente con la máquina, utilizando el reconocimiento de voz del copiloto.
En este sentido, Industrial Copilot se alza como una herramienta que puede desplegarse en diferentes versiones para apoyar a los trabajadores en todo el proceso industrial, desde el diseño a la planificación, desde la ingeniería a las operaciones y los servicios. Además, los responsables en Thyssenkrupp también lo ven como una aplicación versátil que les gustaría aplicar de forma amplia.