Mucha gente, cuando se enfrenta a un cambio, quiere certidumbre, dice Vito. “Creo que había personas que esperaban una política porque no se sienten cómodas con las zonas grises”, añade. “En lugar de eso, les dimos un terreno de juego que podían utilizar para aprender y experimentar”. No se impuso nada, subraya, no se presionó al personal ni a los profesores para que utilizaran esta tecnología si no querían hacerlo. “Pero era importante para nosotros ser muy inclusivos en nuestras conversaciones sobre estas herramientas, explicando cómo pueden ser útiles y dónde pueden añadir valor”, dice Ketchum.
Ritmo de progreso
Para otras instituciones académicas que quieran desarrollar su propio enfoque de la IA, el consejo de Ketchum es empezar poco a poco, encontrar la herramienta que pueda funcionar y probarla utilizando las directrices y buenas prácticas existentes. Vito cree que es importante no perder de vista el objetivo, y explica que ya han estado trabajando para mejorar la alfabetización digital en toda la universidad, ya que esto no es más que una evolución.
Vito también subraya la importancia de que todo el mundo participe. “Cuando se invita a la gente a participar, siente que forma parte de algo”, afirma. “Entonces, muchas de estas cosas pasan de ser intimidantes a ser bastante emocionantes”.