El cambio a la IA generativa representa un cambio en las operaciones empresariales, añade, y el liderazgo de transformación es esencial para gestionar el cambio al tiempo que se mejoran los resultados sostenibles. Pero todavía hay muchas organizaciones que tienen mucho trabajo por hacer en sostenibilidad, ciberseguridad, cómo manejan los datos, pasar a un entorno en la nube, limpiar la deuda técnica y actualizar los sistemas heredados, dice Anand Rao, profesor de IA en la Universidad Carnegie Mellon. “Si el CIO está realmente añadiendo valor –estratégicamente, operativamente, en cuanto a las personas– no creo que la IA esté cerca de asumir ese trabajo”, apunta.
Limitaciones de la IA en cuanto a responsabilidad e inteligencia emocional
Un aspecto en el que los humanos nos diferenciamos de la IA es en nuestra capacidad para asumir responsabilidades. En el entorno empresarial, la responsabilidad no es un concepto nuevo. En el cumplimiento normativo, por ejemplo, las empresas pueden externalizar tareas individuales, pero no pueden externalizar su responsabilidad de cumplimiento. Del mismo modo, una empresa puede delegar la toma de decisiones en un sistema de IA, pero un humano sigue teniendo que asumir la responsabilidad de esa decisión, recuerda Kevin Prouty, analista de IDC.
En el caso de las empresas más pequeñas, o las que han aumentado su eficiencia, puede que ya no necesiten un CIO dedicado, añade. “Es posible que el CIO desempeñe otra función o que se pueda fusionar con el CTO”, afirma. “Pero su función no va a desaparecer. Alguien tiene que tomar la decisión”.