Basándose en el hype, se podría pensar que las empresas están huyendo de las plataformas en la nube como ratas de un barco que se hunde. La realidad es mucho más matizada. Según un estudio de Andover Intel, sólo un 9% de las empresas ha trasladado aplicaciones fuera de la nube. También descubrieron que menos del 3% de las empresas ven otra razón para la repatriación de la nube que no sea el coste, aunque más de la mitad expresaron cierta decepción por unos costes de la nube más elevados de lo previsto.
Aunque el coste sigue siendo la principal razón por la que las empresas trasladan aplicaciones fuera de la nube, es raro que trasladen todas sus aplicaciones y conjuntos de datos, y suele ser sólo después de ver que esas cargas de trabajo sufren una hemorragia de efectivo.
Una herida autoinfligida
Hace diez años, todo era cloud-first, se ignoraba cualquier aspecto económico y el finops era inexistente. Siempre les digo a mis clientes que esto (en su mayoría) no era culpa de los proveedores de nubes públicas. En los primeros días de la computación en nube, los grandes proveedores promovían la migración de aplicaciones y datos a la nube sin modificaciones ni modernizaciones. El consejo era arreglarlo cuando llegara, no antes.