Para ello, Familia Martínez ha establecido una infraestructura tecnológica sólida y moderna, que incluye servidores en la nube y soluciones avanzadas de ciberseguridad. Sus procesos internos están altamente automatizados, utilizando tecnologías como RPA y sistemas ERP integrados, “lo que ha mejorado significativamente nuestra eficiencia operativa”, explica López. “Hemos iniciado un camino hacia convertirnos en una empresa data-driven, basando nuestras decisiones estratégicas en datos analíticos”.
En este viaje, la compañía ha puesto el foco en seis ámbitos estratégicos: infraestructura tecnológica, automatización y eficiencia operacional, innovación, competencias digitales, toma de decisiones basadas en datos y ciberseguridad. Pero, para llegar a este punto, la marca ha tenido que enfrentarse a importantes desafíos que se pueden clasificar en tres tipos básicos: técnicos, operativos e innovadores. En el ámbito técnico, “hemos tenido que integrar sistemas legacy con tecnologías avanzadas. Operativamente, era crucial automatizar nuestro proceso productivo y garantizar la calidad, seguridad y trazabilidad de nuestros productos. Y, en el ámbito de la innovación, el mercado nos exige desarrollar productos cada vez más sabrosos, saludables y sostenibles”.
Tecnología alineada con el negocio
El crecimiento experimentado por la compañía en todos estos años ha requerido una adaptación continua. Según López, de manera incipiente, “arrancamos con servicio de informática externalizado, que en la actualidad se ha convertido en un departamento propio de sistemas amplio, con más de 20 profesionales”. Además, de contar con un par de servidores físicos, “hemos pasado a tener más de 200 servidores virtuales y más de 100 aplicaciones específicas. De un único router de salida a Internet, a varios canales MPLS dedicados para la conectividad entre nuestras compañías y varias líneas de backup, y de 20 equipos tecnológicos a superar los 800 activos”. Por su parte, en las líneas de elaboración, el cambio ha sido “abismal”, ya que la compañía ha pasado “de un proceso de fabricación totalmente manual a ser un referente de líneas industriales en Europa, con más de 40 líneas de producción automatizadas. En definitiva, hemos evolucionado de ‘arreglar ordenadores’ a acompañar al negocio en la toma y ejecución de decisiones estratégicas”.