“Las empresas suelen adquirir recursos en la nube, como instancias de computación, almacenamiento o capacidad de bases de datos, que no se utilizan en su totalidad y, por lo tanto, pagan por más servicios de los que realmente necesitan, lo que conduce a una infrautilización”, afirma. Muchas empresas también sobreestiman los recursos necesarios, lo que lleva a aprovisionar instancias más grandes y caras de lo necesario, provocando un sobreaprovisionamiento.
Kulkarni cree que la gestión ineficiente de los recursos suele atribuirse tanto al cliente como al proveedor. Los proveedores de servicios en la nube suelen ser responsables de determinadas tareas, como el suministro de las herramientas adecuadas para la gestión de costes en la nube, así como la previsión, la presentación de informes y la transparencia de los costes. Sin embargo, la mayor parte de la responsabilidad recae en los clientes, que deben aprovechar esas herramientas y prácticas de manera eficaz, al tiempo que abordan las prácticas de optimización de costes mediante la gobernanza, el apoyo de los directivos y la aplicación de políticas.
Básicamente, la gestión de costes de la nube es una responsabilidad compartida entre la empresa y el proveedor, afirma Kulkarni. “Las empresas deben ser proactivas y optimizar continuamente su infraestructura en la nube, mientras que los proveedores deben seguir mejorando las herramientas y el soporte que proporcionan”.