Como ya viene siendo costumbre, la inteligencia artificial (IA) no ha dejado de copar titulares recientemente. La puerta abierta por parte de las autoridades europeas de permitir que se entrenen modelos de IA con datos personales sin el consentimiento explícito del propietario ha levantado ampollas. Un revuelo generado a partir de la publicación de un informe firmado por el Comité Europeo de Protección de Datos en el que se abordan las numerosas complejidades y entresijos del desarrollo moderno de modelos de IA.
En este complejo escenario, Repsol ha querido dar un paso adelante en la regulación corporativa de la IA adhiriéndose formalmente al Pacto por la IA de la Unión Europea. Una declaración de intenciones con la que la energética se compromete a continuar trabajando y contribuyendo en numerosos aspectos de la normativa comunitaria sobre IA, compartiendo con la Comisión Europea y con otras compañías de diversos sectores e industrias las mejores prácticas y procedimientos que ya está aplicando o que tiene previsto aplicar en torno a esta tecnología.
Según se ha dado a conocer, la multienergética española se adhiere a este Pacto de forma voluntaria y reafirma su compromiso con el marco legislativo y el cumplimiento del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (AI Act, por su denominación en inglés), que se aprobó y entró en vigor en agosto de este mismo año.