En primer lugar, ninguna empresa está preparada para la transformación. Es necesario prepararla. Para ello, un líder transformador dedicará el tiempo suficiente por adelantado a analizar la situación desde diferentes perspectivas.
Cuando me uní a Ingram Micro, no sabía nada sobre distribución. Mi trabajo era mejorar la experiencia de comercio electrónico, no construir una plataforma de negocios. Mientras trabajaba con mi equipo y considerábamos el futuro de esta industria, convertirnos en una plataforma de negocios se convirtió en nuestra respuesta y visión. La segunda lección es dejar de aspirar a la perfección. La transformación se trata de ser imperfecto y, una vez que lo aceptas, puedes concentrarte no en la perfección, sino en ser un poco mejor cada día. Esa es la esencia de la transformación.
La tercera lección clave es mantener la humanidad durante todo el proceso. El liderazgo de transformación consiste en comunicarse con compasión y ejecutar con pasión. Se trata de ser vulnerable y dejar que la gente se identifique con uno. Sea transparente y no dude en tener conversaciones difíciles. Siéntase cómodo con la incomodidad, admita sus errores y pida ayuda. Es importante ser empático y accesible. Reconozca los fracasos y comprométase a hacerlo mejor. Sea agresivo en cuanto a la tecnología, la creación de valor y los plazos, pero siga siendo increíblemente humano.